Así puedo empezar a atender la resistencia a la insulina, si ahorita no puedo visitar a la nutricionista

Publicado el 17 de julio de 2024, 10:07

Resistencia a la Insulina: Un Viaje Personal

 

En un pequeño y acogedor hogar, Laura se despertó sintiéndose diferente. Había estado notando ciertos cambios en su cuerpo: una sensación constante de cansancio, dificultad para concentrarse, aumento de peso y, a veces, mucha hambre o falta de apetito con sensación de nauseas. Con el tiempo, estas señales se hicieron más persistentes, y Laura decidió buscar respuestas.

 

Un día, después de hacerse un chequeo de rutina en la clínica, su médico, un hombre conocido por su enfoque directo y su amor por el café, le explicó que tenía resistencia a la insulina. Era un término nuevo para ella, pero el médico lo describió rápidamente como una condición en la que las células de su cuerpo no respondían adecuadamente a la insulina, una hormona esencial para el manejo del azúcar en sangre.

 

Luego, con un sorbo de su café, el médico le dijo: "Mirá, Laura, lo que necesitás es perder peso. Así de simple. ¿Próximo paciente?" Laura, sin embargo, no quería volver al mundo de las dietas restrictivas, sabiendo que ese camino no era sostenible ni saludable para ella. Además, en ese momento, no podía costearse la atención de una nutricionista clínica, así que decidió tomar las riendas con cuidado y mucho respeto hacia su cuerpo y su salud.

 

Capítulo 1: El orden de sus comidas

 

Laura comenzó su viaje ajustando la estructura de sus comidas. Aprendió que comer porciones equilibradas y frecuentes a lo largo del día ayudaba a mantener sus niveles de azúcar estables. Estableció un horario de comidas y meriendas por si las necesitaba, evitando largos periodos sin comer que provocaban picos elevados o caídas de azúcar.

 

Capítulo 2: Conociendo a su compañera de viaje

 

Laura se dedicó a entender la resistencia a la insulina. Aprendió que la insulina actúa como una llave para que la glucosa entre en las células y sea utilizada como energía. En su caso, las "cerraduras" de sus células no funcionaban bien, lo que mantenía altos sus niveles de glucosa en la sangre. Este conocimiento la empoderó para tomar decisiones informadas sobre su salud.

 

Capítulo 3: Incorporando más nutrición

 

Con su nueva comprensión, Laura empezó a incluir más alimentos frescos y nutritivos. Frutas, vegetales de hoja verde, y proteínas, las que le gustaban a ella: el pollo y el pescado, así como leguminosas como frijoles, garbanzos y lentejas que se convirtieron en los protagonistas de sus comidas. También incorporó alimentos como arroz y más verdura como papa, camote y yuca, que ayudaban a mantener su cuerpo con energía. Laura entendió que no había que eliminar los carbohidratos.

 

Capítulo 4: Mejorando la higiene del sueño

 

Laura se dio cuenta de que su calidad de sueño también afectaba su resistencia a la insulina. Empezó a establecer una rutina nocturna relajante, alejándose de las pantallas una hora antes de dormir y creando un ambiente tranquilo en su dormitorio. Con el tiempo, notó mejoras en su energía y estado de ánimo al despertar.

 

Capítulo 5: El movimiento

 

El ejercicio se convirtió en una parte crucial de su rutina. Laura comenzó con caminatas diarias por el parque cercano, disfrutando del aire fresco y el canto de los pájaros. Poco a poco, incorporó ejercicios de fuerza, siguiendo rutinas simples en casa con videos en línea. El movimiento regular la ayudó a manejar mejor sus niveles de azúcar y a sentirse más activa.

 

Capítulo 6: Celebrando los logros y la paciencia

 

Con el tiempo, Laura comenzó a notar los cambios. Se sentía con más energía, su mente estaba más clara y sus alteraciones en el apetito disminuyeron. Cada pequeño logro, como bajar unos puntos en su nivel de azúcar en sangre, era motivo de celebración. Laura comprendió que este era un viaje continuo, pero estaba orgullosa de cada paso dado.

 

Una nueva forma de vida

 

La historia de Laura no tiene un final, porque su viaje hacia una mejor salud es continuo. Cada día, con sus pequeños cambios, hábitos saludables y mucha autocompasión, Laura se convierte en un lugar seguro para ella y su salud. Y aunque su nutricionista no pudo estar presente desde el principio, Laura sabe que está tomando las decisiones correctas y que, eventualmente, contará con el apoyo profesional que necesita.

 

Esta es la historia de Laura, pero también puede ser la tuya. Comenzar a atender la resistencia a la insulina no es fácil, pero con conocimiento, pequeños cambios y el apoyo adecuado, es posible. Cada paso cuenta y es importante.

Añadir comentario

Comentarios

Joss Badilla
hace 2 meses

Muchas gracias Pri, por todo el apoyo, guía y publicaciones como estás qué me hacen recordar que la paciencia y los grandes pequeños actos hacen la diferencia.